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El Salto del Gitano

Es casi un lugar de culto. Se trata del mirador más famoso del Extremadura dedicado a la observación de aves.

Abrir mapa Torrejón el Rubio (Cáceres), España

Esta imponente formación rocosa a ambos lados del Río Tajo es el hábitat elegido por el buitre leonado para anidar.

Si hablamos de observación de aves y Extremadura, el primer lugar que se viene a nuestra mente es el Salto del Gitano. Esta magnífica formación rocosa lo tienen todo para el visitante. Un mirador preparado justo al lado de la carretera donde siempre encontraréis fotógrafos y amantes de las aves observando el cielo repleto de aves (sobre todo el buitre leonado) con sus prismáticos. Y una cordillera natural que se rompe al paso del Río Tajo (y la carretera de acceso) y que nos ofrece un precioso escenario natural agreste y salvaje, joya del parque nacional de Monfragüe, que invita a relajarnos y dejarnos llevar por la contemplación.

Cuenta la leyenda

El nombre tan singular de este paraje no es causal, o eso es lo que cuenta la leyenda. Nos habla de lo ocurrido hace ya más de 200 años. Parece que la autoridad, una pareja de guardias civiles de esos de capa y tricornio, perseguían a un gitano, que vivía escondido en esta zona y que se había visto envuelto en el robo y asesinato de un comerciante de una localidad cercana. La fuga llego hasta este roquedal donde el fugitivo se vio acorralado, a gran altura, en la pared de la roca. Sin escape posible optó por saltar con el fin de cruzar al otro lado. Se dice que efectivamente lo consiguió y que su proeza fue de tal magnitud que uno de los guardias civiles que les perseguía se quedó petrificado de incredulidad. Algunos lugareños todavía son capaces de distinguir su silueta confundida con la roca.

El mirador de aves

El río Tajo aprovecha la rotura para cruzar la cordillera que recorre el parque. Esta misma falla ha sido aprovechado para hacer pasar la carretera por este mismo lugar. Y a su paso, la autoridades han preparado una zona de aparcamiento y unos estupendos miradores desde donde contemplar las aves que permanentemente sobrevuelan estos roquedales de más de 300 metros de altura. Será raro que al pasar no encontréis fotógrafos de diferentes países pertrechados con trípode y enormes objetivos esperando el momento de captar la fotografía de algunas de estas magníficas aves. Entre ellas, podremos avistar buitres, alimoches, águilas imperiales o cigüeñas negras. Todo un espectáculo.